viernes, 14 de octubre de 2011

Aborto, el debate de nunca acabar y su relación con la Eutanasia y la Pena de muerte.

1. ¿Actores del debate y quienes pueden o no participar?
Recientemente en distintas partes del mundo hemos asistido a un renacer del debate sobre el aborto y la eutanasia, tema que se consideraba ya finiquitado; Al parecer sectores representativos de las ideas morales y tradicionales de una Iglesia Católica que se niega a ser desplazada de los asuntos de Estado han decido pelear de nuevo la batalla y están decididos a hacer cumplir la voluntad de su Dios en la tierra, así no todos compartan su credo o su particular visión de lo que deben ser la moral y las buenas costumbres.

Realmente el debate de fondo no es para que se reconozcan o se nieguen derechos, se trata de un tema mucho más profundo y delicado, están en juego las concepciones éticas, morales y religiosas imperantes en la sociedad, la concepción de política criminal del Estado y también se trata de la autonomía de los individuos y las libertades civiles y sus límites, en suma nos toca a todos lo que el Gobierno decida en estos temas que tienen mucho filosofía.

De la anterior afirmación se desprende la primera idea errónea que gira alrededor del debate de la penalización del aborto, generalmente este argumento es esgrimido por los partidarios del pro-aborto como una especie de argumento o critica:

“Solo las mujeres tienen el derecho a debatir y decidir el aborto pues se trata de sus cuerpos (o úteros)” también es común leer o escuchar “aborto si, aborto no eso lo decido yo” y “saquen las camándulas de mis ovarios” y cosas semejantes.

Lo cierto es que nos guste o no vivimos en sociedad y tenemos un sistema político que nos otorga a todos el derecho a opinar, los hombres pueden perfectamente, como representantes del pueblo que los eligió, debatir y decidir sobre ese tema y sobre cualquiera y es perfectamente justo, porque para eso se sometieron a un proceso electoral donde todos libremente los escogimos, precisamente para eso, para que legislen sobre TODOS los temas y no para que legislen por tal o cual sector de la sociedad o solo puedan votar los proyectos que afecten directamente a los individuos que pertenezcan a su género, raza o partido político, sería el acabose, ante la ley todos somos iguales y somos ciudadanos, se acabo y punto.

Feministas extraviadas, dejen de repetir semejante exabrupto, si así van a estar las cosas, que no se le apliquen a las mujeres todas las leyes que hayan sido aprobadas por los hombres y entonces se tendrían que ir derecho al siglo antepasado, no tendrían derecho ni a salir solas a la calle, no se nos olvide que todos los derechos que en Colombia y en la mayor parte del mundo, gozan[i] las mujeres fueron aprobados por cuerpos colegiados integrados exclusivamente por hombres, pues antes de eso las mujeres no tenían derecho a elegir ni a ser elegidas.

También, como representantes de la comunidad pueden dar su opinión ante los que van a legislar todos los dirigentes o representantes elegidos por todo tipo de colectivos, asociaciones y congregaciones, como colegios de medicina, de abogados, filósofos, antropólogos y la Iglesia, sea de la confesión que fuere, nadie dice que no, lo que no se puede es querer imponer su idea a todo costo, para legislar se debe utilizar una buena técnica legislativa y una correcta ponderación, no se puede legislar con la Biblia en la mano, ni guiándose por buenos pareces que parten de la ignorancia o mucho peor dominados por la pasiones que hacen huir a la razón.


[i] Sin desconocer la lucha de los colectivos femeninos y de individuos que hicieron posible que se reconocieran esos derechos.



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