martes, 18 de octubre de 2011

2. El Aborto desde las esferas jurídica, médica, moral, y religión y la barrera de la desinformación.


El debate del aborto se da en cada país cuando el poder legislativo o judicial se aboca al tema atrayendo la atención de la sociedad y poniendo a los distintos sectores a dar sus opiniones al respecto.

El objetivo principal es tipificar una acción, un acto del ser humano, decidiéndolo merecedor de un reproche penal o no, en palabras mundanas: decidir si es delito o no, estando esto claro, se puede afirmar que el tema en primera medida es de política criminal y como esta ciencia le atañe al derecho penal, la primera esfera que se toca es la jurídica, el derecho como tal, pero este se encuentra sólidamente fundamentado sobre bases teóricas que consultan todas las ciencias humanas, se supone que el derecho se encuentra construido sobre el dialogo de esas ciencias y no meramente bajo la egida de una ideología, cuando así sucede estariamos ante un régimen injusto y dictatorial.

Cuando un Estado define su política criminal se supone que responde no solo al sentir social, sino también a un cumulo de experiencias, datos, cifras, proyecciones, consideraciones de diverso orden y al saber de la academia, se debería contar entonces con aportes de la filosofía, la ética, la criminología, la medicina, la antropología, la sicología y en fin de todas las ciencias.

Para este fin en los distintos debates que se han citado en las legislaturas toman la palabra representantes de las ciencias que dan su dictamen o en algunos casos vergonzosos, su sentir, vergonzoso dado que se llama a un perito para que dé un experticio basado en su conocimiento científico y además de las razones de su conclusión, no para que nos dé muestras de su fe, su sentir o su parecer, ese proceder va en contravía con lo que se espera de un experto científico.

Lamentablemente en Colombia y buena parte de Latinoamérica no contamos con esa valiosa ayuda a la hora de legislar ni siquiera en los más delicados asuntos, es una crítica hecha de hace bastante atrás esta práctica de nuestros legisladores consistente en copiar modelos, leyes y soluciones que fueron creadas para otras sociedades y para otros tiempos, nos encontramos con códigos completamente copiados burdamente adaptados esperando que por arte de magia este país tenga el mismo desarrollo en derecho que las potencias europeas o últimamente que los países anglosajones.

Para colmo de males, nuestros científicos sufren del mismo mal, se dedican a machacar trabajos de sus pares americanos o europeos produciendo material teórico que difícilmente puede aplicarse a las realidades nacionales, paradójicamente algunos trabajos científicos sobre Colombia y Latinoamérica los desarrollan eminentes investigadores extranjeros, en casi todas las aéreas y como prueba fehaciente de este hecho se podría citar “a vuelo de pájaro”, el estudio sobre las aves de Colombia, realizada por extranjeros y que arrojo importantes datos en ese campo de estudio.

En el caso del aborto brilla por su ausencia un estudio estructurado y riguroso sobre el tema del aborto en el caso de embarazo fruto de violación sexual, en todos los debates se citan cifras, 400.000 abortos, dicen los pro-aborto; 0,6% de embarazos por violaciones, contestan los próvida, pero son cifras de abortos legales de Estados Unidos, en algunos casos citaron estudios de hace más de 11 años, que además estaban incompletos.

La realidad es que ha este debate, para ser serio le hace falta un estudio que tome todas las variables en varias ciudades del país y que no solo se limite a determinar cuántas mujeres son violadas y su estrato, sino cuantas se embarazan y que sucede con esos embarazos y aun mas allá, que sucede con esos menores, ¿cómo nacen? ¿Qué suerte les espera? ¿Qué sucede con la salud mental de las mujeres violadas y la de sus menores? ¿Cómo es el desarrollo de estos niños fruto de violaciones sexuales? ¿Se debería tomar una decisión sobre el tema sin contar con todos estos datos? Sin lugar a dudas ya que se trata de un problema de salud pública delicado que no da espera.

Quien se disponga a investigar el tema se encontrara con una gran cantidad de información basura, fundamenta en elaboraciones meramente teóricas, datos que no tienen asidero en la realidad o citas a cifras que no son comprobables, investigaciones incompletas, viejas, con pocas ambiciones y tremendamente limitadas por falta de financiamiento, aun así los pocos resultados ofrecidos ofrecen un panorama alarmante y que se debe afrontar no solo desde la legislación en materia penal, sino en un plan de atención y desarrollo integral, duele ver como las cifras nos hablan de un problema grave, así no fuera tan enorme como es y no se presente una reacción social contundente.

Ese es el panorama lúgubre de la investigación del tema en el país y si vemos desinformación en las más altas esferas de la academia de medicina y derecho sobre el tema, ni que decir del común de la gente, que en muchas ocasiones no tiene ni idea de que se debate, en twitter se pudo ver un candente debate en Colombia y México, donde se podía cortar con cuchillo la ignorancia, algunos clamaban el respeto por la vida de los niños, al parecer victimas de quienes han querido equiparar el aborto con el infanticidio, otros se baten en franca lid contra lo que consideran una imposición, como si el aborto se fuese a hacer obligatorio, cuando es todo lo contrario, se pide que se deje abierta la posibilidad de abortar en ciertos casos especiales, no como sistema anticonceptivo, ni mucho menos obligar a toda mujer a que aborte.

Algunos tuiteros advertían sobre el inminente arribo del mismísimo Satanás en caso de ser aprobado el aborto, cuando lo que en realidad se debatía era si levantaban la despenalización del aborto, es decir estaban asustados tratando de evitar algo que ya se había hecho, desubicación total.

Sucede que ya son muy pocos los países que tienen total prohibición para el aborto, se llego a ese Estado luego de consultar y ponderar muchos factores que no requerirían ser consignados aquí ya que son de fácil acceso en la red, es un casi un crimen en esta época en la que es tan fácil acceder a la información lanzar una opinión desinformada, tenemos derecho a opinar, pero también tenemos derecho a la educación, así que cuando se pretenda ejercer el uno, ojala la persona se cuide de haber utilizado el otro.

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